martes, 21 de abril de 2020

CASCO URBANO, ARQUITECTURA POPULAR Y EDIFICIOS AUXILIARES





Las fotografías aéreas nos muestran a Hoyuelos de la Sierra como una población de pequeño tamaño, muy lejos ya de esas 100 casas que se mencionan en el Diccionario de Madoz, hoy día claramente dividida en dos barrios a uno y otro lado de la carretera que la comunica con Barbadillo del Pez y con Salas de los Infantes. Ambos barrios presentan un poblamiento concentrado, con poca densidad de volúmenes construidos entre los que se intercalan espacios verdes de huertos, prados o simplemente de vegetación natural. Las calles principales de cada uno de los barrios, siempre cortas, se cruzan formando sobre todo una retícula triangular.
 Las construcciones son o bien casas individuales o bien manzanas compactas, separadas entre sí no sólo por las calles normales de tránsito sino por las características callejas. Algunas tienen una planta y un volumen que se fácil denominar con vocablos de figuras geométricas (planta rectangular, volumen cúbico…), pero otras adoptan esas disposiciones irregulares tan propias de la arquitectura popular incluyendo esos recodos que permiten orientar la puerta hacia la zona más abrigada . 
Destaca “el fuerte o antiguo torreón” del que hablaba Madoz, hoy restaurado y con edificaciones de nueva construcción y un jardín incorporados a su lado, todo ello de propiedad privada. El “monte perfectamente poblado” del que hablaba Madoz rodea esta población, sobre todo por su zona norte y nordeste.


El tipo de casa tradicional de Hoyuelos es la característica de la subcomarca de Salas dentro de la comarca de la Sierra de la Demanda, según la clasificación de García Grinda que nos está sirviendo de base. Estamos, pues, en un lugar con claro predominio de la piedra como material de construcción, tanto para las casas vivideras como para las construcciones auxiliares. En Hoyuelos predomina una arenisca de tonos dorados o marrones claros, en ocasiones con vetas algo mas oscuras, que en los muros de mampostería siempre contrasta con el calicanto mas claro que la rejunta.




La casa más tradicional era la de una sola planta que en la mayoría de los pueblos desapareció a favor de la de planta y piso y en ocasiones doblado, pero casi siempre se conserva alguna como vemos también en Hoyuelos: Tiene aspecto de llevar mucho tiempo abandonada y haber pasado a tener otros usos diferentes y aún podemos ver en ella elementos que parecen hablarnos de esa antigüedad y abandono como el tipo de alero formado por los propios cabios salientes del tejado. Las casas de planta y piso son sin duda las dominantes, agrupadas en manzanas bastante compactas y no adosadas en hilera formando calles. 
 Entre éstas podemos establecer diferencias entre las más típicas de arquitectura popular, difíciles de ubicar cronológicamente, edificadas a partir del siglo XIX sin que a menudo se pueda precisar más, y otras con elementos que nos llevan a situarlas en los años treinta del siglo XX o inmediatamente después de la guerra civil; estas últimas suelen presentar una fachada de mampostería muy regular o incluso de sillería, a menudo con una cenefa hecha con sillares en resalte como elemento de separación entre la planta y el piso, con ventanas más grandes y con balcones cuyos sillares de encuadre también suelen resaltar sobre el plano del muro

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La mayoría de los muros de piedra son de mampostería y muchos de ellos conservan aún el calicanto tradicional, excelente protector del muro contra la humedad. En la localidad que nos ocupa cubre casi por completo la mampostería y suele estar encalado; lo vemos en construcciones que llevan mucho tiempo abandonadas y en otras arregladas que incorporan notas de color a dicho calicanto, en este caso dos tonos de amarillo (en una línea similar a lo que vemos en algunas casas del cercano Barbadillo del Pez) . 
 Los ángulos se refuerzan con gruesos sillares que siempre tienen mucho protagonismo no sólo por su tamaño sino en ocasiones por su colorido de tonos dorados, a veces con vetas más oscuras. En las construcciones auxiliares es muy habitual que las piedras del muro de mampostería no aparezcan recogidas con ningún ligante o como mucho que lo estuvieran en el pasado con barro.




Las ventanas más antiguas –algunas auténticos ventanucos- son de tamaño pequeño y se configuran con cuatro gruesos sillares con la cara que da hacia el hueco muy bien tallada y sinuosa la que va a quedar haciendo cuerpo con el muro de mampostería. Vemos también, tal y como hemos indicado anteriormente, ventanas con “orejas” típicamente barrocas cuya manera de realizarse por parte de los canteros vemos muy bien en el muro en ruinas de la fotografía 20 al haber desaparecido todo el revoque que a buen seguro tuvo. Hay asimismo otras ventanas más modernas, más propias de las décadas de los veinte o treinta del siglo XX, de forma rectangular y mayor abertura, con vistosos sillares de encuadre.  Conservamos también algunos balcones volados o no con barandilla de forja en el antepecho.




Por lo que se refiere a las portadas en las viviendas predomina la adintelada con dintel y jambas de piedra. Los dinteles son poderosos bloques de arenisca, roca de fácil talla cuando sale de la cantera por su alto grado de humedad y que al secarse pierde peso, ambas cosas muy necesarias en una pieza de la envergadura de un dintel. Suelen estar cuidadosamente tallados tanto por arriba (la parte en contacto con el muro) como por debajo (la parte que da hacia el vano). Las jambas se configuran con grandes sillares que, al igual que los de las ventanas, suelen tener irregular la cara que debe hacer cuerpo con el muro.


 
 Fuera de esta tónica dominante están las portadas configuradas por un amplio arco de medio punto de las que ya hemos hablado y otra muy interesante, de considerable anchura, definida por un arco rebajado con dovelas de gran tamaño y vistoso colorido . Finalmente las portadas de mayor anchura de las edificaciones auxiliares suelen llevar por lo general un dintel de madera apeado en los poderosos sillares de las jambas o ser éstas también de madera. Conservamos varias puertas originales en las casas de una sola hoja y de madera, con una estructura o bastidor sobre la que se clavan en sentido vertical tablones de perfil biselado o moldurado, que en la zona del cuarterón pueden seguir la misma disposición vertical o colocarse en horizontal. Algunas de ellas nos ofrecen todavía muestras del trabajo de los herreros en llamadores, bocallaves, cerrojos…etc. 


El tejado puede ser a dos o a cuatro aguas. De ambos tenemos ejemplos en esta localidad: los de cuatro aguas, casi siempre con vertientes de poca inclinación, son muy frecuentes en manzanas compactas de casas algunas de las cuales se nos presentan como volúmenes cúbicos exentos. El tejado a dos aguas está presente en las casas adosadas en hilera, con vertientes también de poca inclinación cuando se trata de casas de planta y piso y a veces doblado. 

 

En las construcciones auxiliares lo habitual es el tejado a dos aguas. En Hoyuelos predomina claramente el alero de tipo tejaroz, es decir el formado por varias hileras de tejas superpuestas ligadas inicialmente con barro como aún se puede ver todavía en algunas localidades. Vemos también aleros de madera en sus dos versiones: la más tosca, es decir, el simple vuelo de la cubierta sobre los cabios salientes de su estructura y la más elaborada en la que el alero lo forman varias tablas de madera sostenidas por canes sencillos o moldurados. Aún vemos sobresalir de estos tejados algunas chimeneas de campana más o menos transformadas de las que luego hablaremos..



ALGUNAS CASAS DEL PUEBLO





 
 

 
 



 

 

 

 
 


 CASAS EN RUINAS






FUENTES


Fuente vieja

Fuente vieja


Fuente con pilón.



CEMENTERIO






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